viernes, 21 de noviembre de 2014

LA SOBREPROTECCION DE LOS HIJOS


“La culpa de nuestro destino, querido Horacio, no es de nuestro destino, es nuestra” – William Shakespeare, traducción libre)

La sobreprotección es una consecuencia negativa en la búsqueda de lo mejor para nuestro hijo. La mayoría de los padres en algún momento han sobreprotegido a sus hijos, esto es algo normal en la condición humana, pero si este comportamiento se convierte en pauta rutinaria en la educación,  nos encontramos ante un problema que debemos afrontar responsablemente.


Cada vez estamos apreciando más familias con un estilo educativo sobreprotector sobre sus hijos. La mayor parte no son conscientes de ello, piensan que están haciendo lo correcto, y se esfuerzan al máximo para que sus hijos sean felices, sin ser conscientes de las consecuencias que este comportamiento tendrá en sus hijos más adelante. El resultado de una sobreprotección es la inseguridad y será en la adolescencia  cuando empiecen a aparecer comportamientos que muestren malestar en el hijo/a.  Son padres incapaces de reconocer que su estilo educativo ha podido influir en esta situación.

Los padres sobreprotectores son aquellos que se sienten totalmente responsables de lo que pueda ocurrirle a su hijo/a, estando constantemente pendientes de sus movimientos. Son padres que cuando sus hijos llegan a la adolescencia, continúan intentando controlar todos sus comportamientos, entradas y salidas, lo que hacen, no dejan que sus hijos disfruten de muchas cosas de la vida por haberles fomentado miedos,…

Posibles efectos de la sobreprotección a los hijosPracticando este estilo educativo, aumentamos la posibilidad de que nuestros hijos sufran alguna de las siguientes consecuencias:
- Timidez y dependencia excesiva
- Dificultad para tomar decisiones por sí mismo, falta de confianza e iniciativa.
- Búsqueda de la seguridad en otros (ha aprendido a que otros resuelvan los problemas).
- “Tiran pronto la toalla”
- Poco desarrollo de  las habilidades sociales
- No asumen la responsabilidad de sus actos ya que están acostumbrados a que sean los padres los que las asuman.
- Retrasos o dificultades en el aprendizaje
- En muchos casos, acaban desarrollando una depresión a consecuencia de su baja autoestima y autoconcepto, y de sus dificultades para resolver problemas en su día a día.

Algunos consejos prácticos. ¡Hagamos niños fuertes y seguros!
- Ayudemos a que sean capaces de tomar decisiones con criterio y asumiendo consecuencias.
- Tratemos de aumentar su autonomía y darles cierto grado de libertad y responsabilidad, según su grado de madurez, así conseguiremos que sean personas independientes y seguras.
- Tienen que existir unos límites claros en casa y no darle todo lo que pidan.
- Hay que exigirles ciertas tareas, obligaciones o responsabilidades
- Hay que dejarles que se enfrenten a las dificultades y a los problemas para que puedan encontrar 
alternativas por sí mismos.
- Debemos ayudarle cuando lo necesite, pero no solucionarle los problemas.           



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