martes, 20 de marzo de 2012

ADAPTACIONES METODOLOGICAS PARA ALUMNOS CON TDAH

EL ALUMNO CON TRASTORNO DE ATENCION Con o sin hiperactividad

I. ADAPTACIONES METODOLÓGICAS GENERALES

1. SITÚE AL ALUMNO EN LA PRIMERA FILA DEL AULA, lejos de las ventanas u otros elementos que puedan “llamar su atención”.
Esta medida reducirá las posibilidades de que otros estímulos visuales o auditivos distraigan al alumno de la actividad que esté realizando en cada momento.
Si el alumno se sitúa en las últimas filas tendrá en su campo visual a sus compañeros, cuyos comportamientos o sus comentarios podrán distraerlo de las explicaciones del profesor o de su tarea.
Si lo sitúa cerca de una ventana o pasillo, los ruidos o los estímulos visuales también lo distraerán. Tenga en cuenta que tanto al alumno hiperactivo (a quien le cuesta mantener el foco atencional un tiempo prolongado), como al inatento (a quien le cuesta discriminar el foco atencional relevante), se len hace mucho más costoso mantener o dirigir la atención a la tarea o estímulo relevante que a los demás alumnos.
Por otra parte, al situarlo cerca de usted podrá con más facilidad,…

2. ASEGURAR LA COMPRENSIÓN de las explicaciones o de las instrucciones para realizar las tareas.
Recuerde que el alumno con TDA no es necesariamente un alumno con déficit intelectual. Su capacidad de razonamiento es buena excepto en casos concretos. Por ello, si no comprende una explicación o no sigue unas instrucciones se deberá al hecho de no haber prestado suficiente atención (hiperactivos) o no haber sabido dirigir su atención a los aspectos relevantes de la exposición del profesor (inatentos).
Para resolver estos inconvenientes, el profesorado puede establecer la rutina siguiente:
  1. Efectúe la explicación al grupo del aula en los términos adecuados a su nivel curricular. Procure emplear frases cortas y en los casos en que la exposición deba ser larga, repita varias veces los aspectos fundamentales de la misma.
  2. Al explicar o dar instrucciones establezca frecuentemente contacto visual con el alumno con TDA; esto facilitará que mantenga su atención en usted o en lo que dice.
  3. Al finalizar la explicación o las instrucciones, diríjase al alumno con TDA y, de manera cordial, solicítele que le repita lo que ha entendido de la explicación o de las instrucciones. Ayúdele a completar aquellos aspectos que no sea capaz de repetir, bien porque no lo entendió, bien porque no atendió de manera suficiente (hiperactivos) o de manera eficaz (inatentos).
  4. Haga esto cada vez que exponga o proporcione instrucciones al grupo del aula. Tras unas cuantas veces de hacerlo, el alumno anticipará que tendrá que repetirlo y esto actuará como factor que le ayudará a mantener y dirigir la atención a sus explicaciones o instrucciones.
  5. Cuando se haya consolidado el hábito de atender con cuidado a sus explicaciones puede ir reduciendo las solicitudes de repetición al alumno. Hágalo de manera intermitente sin seguir una pauta concreta que el alumno pudiera identificar.

3. PERMITA AL ALUMNO HIPERACTIVO QUE REALICE ALGÚN DESPLAZAMIENTO por el aula a intervalos periódicos.
Tenga en cuenta que a este alumno le resulta muy costoso permanecer quieto y/o en silencio. Hablar o moverse es un comportamiento funcional para mejorar la estimulación de su córtex sensorial por lo que tiende a combinar movimientos en su sitio o fuera de su sitio con cambios atencionales frecuentes. Por ello, puede nombrarlo su “ayudante en clase” y encargarle ciertas tareas que favorezcan su movilidad en el aula (o incluso fuera de ella).
Esté atento para percibir cuando muestra inquietud, nerviosismo o lleva mucho tiempo quieto o en silencio. En esas ocasiones hágale preguntas o encárguele una tarea que suponga necesidad de hablar con otros o de moverse. Esto no es necesario con alumnos inatentos.

II. ADAPTACIONES METODOLÓGICAS EN LAS TAREAS

4. ADAPTE EL TIEMPO QUE ASIGNA A LOS ALUMNOS EN LA REALIZACIÓN DE TAREAS EN EL AULA
Considere que el alumno hiperactivo, debido a sus características, tiene necesidad de efectuar distracciones a intervalos breves de tiempo. Si ha sido entrenado en habilidades de regulación de la atención, estas distracciones serán breves, pero si no lo ha sido, las distracciones tenderán a ser lo suficientemente largas como para hacerle imposible realizar las tareas asignadas en el tiempo establecido para los alumnos no hiperactivos.
Por otra parte, el alumno inatento es lento en la ejecución, tanto de tareas cognitivas como motrices, por lo cual necesitará más tiempo que los demás compañeros para realizar las mismas tareas. Así pues, teniendo en cuenta esta situación, tenga en cuenta el tiempo disponible para llevar a cabo las tareas y amplíe este tiempo para los alumnos con déficit de atención. Puede hacerlo de diversas maneras según el nivel curricular y las características del alumnado.

5. ADAPTE LA CANTIDAD DE TAREAS QUE ASIGNA A LOS ALUMNOS EN LA REALIZACIÓN DE TAREAS EN EL AULA O EN CASA.
Teniendo en cuenta las consideraciones del apartado anterior, proponga a los alumnos con déficit de atención un número de tareas inferior al que usted considera adecuado para el resto de los alumnos. También puede emplear una estrategia diferente: proponga una cantidad de tareas mínimas a todo el grupo del aula y manifieste su satisfacción si realizan este número de tareas; a continuación proponga otras tareas opcionales cuya realización sea voluntaria y con las cuales pueden mejorar su calificación. Al ser optativas los alumnos con déficit de atención no se sentirán incapaces de hacerlas y, en función de sus habilidades, irán realizando las que les sea posible.

6. ADAPTE LOS CRITERIOS DE CALIDAD DE LA EJECUCIÓN DE TAREAS.
Considere que los alumnos hiperactivos tienen facilidad para cometer errores en la ejecución de tareas, debido a su falta de atención sostenida, así como, también, los inatentos a causa de su escasa eficacia atencional. Por ello, para favorecer la motivación y la seguridad en su propia capacidad, proponga en cada tipo de tarea un criterio de calidad mínimo, con el cual usted se considera satisfecho, y otros criterios de calidad progresiva, con los cuales podrá mejorar su calificación. Puede hacer lo mismo con el resto de alumnos del grupo si le parece que esta medida podría afectar negativamente a los demás.

7. FACILITE ESTRATEGIAS ATENCIONALES PARA REALIZAR LAS TAREAS
Con frecuencia, los alumnos hiperactivos inician y desarrollan las actividades de ejecución de tareas sin prestar suficiente atención a todos los aspectos implicados en las mismas. En el caso de los alumnos inatentos lo que sucede es que su dificultad para seleccionar los elementos estimulares relevantes de cada tareas les lleva a cometer errores en las mismas, aunque posean los conocimientos necesarios para realizarlas con éxito. Para hacer frente a esta eventualidad, lo adecuado es que, junto con las instrucciones para la realización de la tarea, proporcione ayudas que supongan una dirección del foco atencional, evitando que el alumno no sea capaz de llevarla a cabo por un fallo atencional en lugar de por falta de conocimientos.

Por ejemplo: fíjate que lo que tienes que hacer es …, y lo debes hacer de este modo ...; no tienes que hacer….
En cualquier caso, las ayudas proporcionadas deben ser exclusivamente atencionales. Esto es especialmente importante en el caso de los alumnos inatentos.

III. ADAPTACIONES METODOLÓGICAS EN LOS OBJETIVOS

8. PRIORICE LOS OBJETIVOS FUNDAMENTALES PARA ADQUIRIR APRENDIZAJES POSTERIORES
Como persona que antes de maestro ha sido alumno, usted recordará cómo, a lo largo de su vida escolar, tuvo que adquirir una cantidad de conocimientos, tanto de contenidos, como de procedimientos, que nunca o casi nunca utilizó con posterioridad al curso que realizó.
A los alumnos con déficit de atención les resulta más costoso aprender y consolidar los conocimientos de cada nivel curricular que al resto de sus compañeros, por lo cual, suelen presentar retrasos curriculares importantes y, a veces tan significativos que les imposibilita seguir el currículo de los cursos posteriores.
Para favorecer el progreso escolar de estos alumnos, se sugiere que el profesor determine cuáles serán los objetivos fundamentales que el alumno debe lograr de manera progresiva para poder adquirir los conocimientos del nivel siguiente. Su actuación profesional se orientará a asegurar que el alumno alcanza y consolida estos objetivos, renunciando si fuera necesario al logro de los demás. En la medida de lo posible se actuará para lograr los objetivos “secundarios”, pero solamente una vez asegurados los “prioritarios”.

9. CAMBIE LA TEMPORALIZACIÓN DE LOGRO DE LOS OBJETIVOS
Aunque en su programación de aula haya establecido una temporalización para cada objetivo, amplíe este tiempo para los alumnos con déficit de atención. Darles más tiempo para alcanzarlos les facilitará el logro y no perjudicará el aspecto esencial de la programación, si tiene en cuenta el apartado anterior.

10. SIMPLIFIQUE LOS OBJETIVOS
Siempre que le resulte posible (no siempre será así) reduzca la complejidad de un objetivo para facilitar su consecución. Por ejemplo: pida al alumno que sume polinomios breves y no largos o complejos.

11. DESGLOSE LOS OBJETIVOS EN METAS INTERMEDIAS
Dependiendo de la naturaleza de los objetivos, siempre que le resulte posible, reduzca la complejidad de un objetivo, dividiéndolo en partes. Esto es especialmente útil para inatentos en objetivos complejos (por su necesidad de dirigir la atención) y para hiperactivos por el tiempo que requiere de mantenimiento de la atención).

IV. ADAPTACIONES EN LAS EVALUACIONES
12. REALICE UNA EVALUACIÓN DIFERENTE PARA LOS ALUMNOS CON DÉFICIT DE ATENCIÓN
Considere que la evaluación formal de conocimientos es un derecho del alumno, pero nunca una obligación del profesor. Tenga en cuenta que el profesor, cuando firma un acta de evaluación está actuando como un “notario” ante la sociedad, afirmando que el alumno posee o carece de los conocimientos correspondientes al área o nivel curricular. Esto implica que el profesor puede emplear los métodos y materiales que le parezcan más adecuados para evaluar a cada alumno. Un ejemplo lo constituyen los alumnos con déficit visual a quienes se les evalúa con métodos diferentes que a los demás.
El profesor puede perfectamente llevar a cabo procedimientos de evaluación de conocimientos diferentes para diversos tipos de alumnos sin que ello constituya una acto de trato preferencial para otros alumnos.
Tenga en cuenta que la curva de fatiga atencional del alumno hiperactivo es mucho más corta que la del no-hiperactivo, por lo cual, en sesiones de evaluación de más de 30 minutos, la capacidad de prestar atención se reduce muy sensiblemente y con ello el rendimiento.
En el caso del alumno inatento, su lentitud –tanto de procesamiento cognitivo, como de ejecución motriz- le hace imposible terminar las tareas de evaluación en el tiempo normativo (el tiempo propuesto a los alumnos “normales”).
En ambos casos, someter al mismo procedimiento evaluador a niños con o sin déficit de atención constituye una clase de injusticia para con los primeros, lo cual ya ha empezado ser tenido en cuenta en algunos tribunales de evaluación (ejemplo: las pruebas de selectividad en la Universidad de Barcelona se adaptaron a una alumna con diagnóstico de TDAH por indicación del Rectorado de la UBA).

13. REDUZCA EL TIEMPO DE EVALUACIÓN
Para adaptar el tiempo de evaluación puede:
a) diseñar dos sesiones en días o en horas diferentes
b) proponer unas sesiones de evaluación más breves a todo el grupo
c) modificar el tipo de evaluación escrita por oral, en un ambiente privado
d) evitar someter al alumno con déficit de atención a sesiones de evaluación formal y valorar sus conocimientos por procedimientos de evaluación continua.

14. REDUZCA LA CANTIDAD DE PREGUNTAS, EJERCICIOS O CUESTIONES DE CADA EVALUACIÓN
Esto constituye otra forma de reducir el tiempo de evaluación. Si la cantidad de tareas es menor, el tiempo requerido para realizarlas se acorta. Por su parte, los inatentos pueden hacerlas en una sesión de 50 minutos.

15. IMPARTA LAS INSTRUCCIONES DE LA EVALUACIÓN INCLUYENDO ADVERTENCIAS ATENCIONALES
Una queja frecuente de los alumnos en evaluación es que las cuestiones no están claramente expuestas por el profesor, lo que requiere un esfuerzo atencional añadido y previo a la simple demostración de conocimientos.
Si esto es un problema para todos los alumnos, para quienes presentan déficit de atención puede ser la causa del fracaso en el examen.
Si el profesor quiere valorar los conocimientos de un alumno en un área de conocimiento, debe formular las cuestiones de examen de una forma clara y precisa, incluyendo en las instrucciones de ejecución del mismo aclaraciones que constituyan una guía atencional para los alumnos. Obviamente, las ayudas atencionales no tienen que ser ayudas para las respuestas al examen. Estas ayudas atencionales son de especial relevancia para los alumnos inatentos debido a su escasa eficacia atencional y para los hiperactivos por su tendencia a responder sin haber analizado con suficiente dedicación las preguntas o cuestiones del examen.

viernes, 9 de marzo de 2012

LOS TINTEROS DE ESTE TRIMESTRE

Ya puedes descargarte los dos boletines que editamos en el equipo. Como sabeis,  este curso seguimos con la temática de la Competencia lingüística y la hemos enfocado a ser lectores eficaces.
En estas nuevas edicciones de este trimestre, tratamos un aspecto tambien fundamental para ser lectores eficaces: la velocidad lectora, con orientaciones para los maestros y para los padres.
Podéis acceder a ellos desde aquí, o desde el apartado correspondiente de "El Tintero"

Tintero del maestro 11
El Tintero para padres nº 32