viernes, 5 de febrero de 2016

Por qué la economía de fichas no funciona con los niños con problemas de conducta: errores mas comunes.

Mejorar la conducta de los niños/as en la infancia constituye una preocupación educativa importante tanto para las familias como para el profesorado.
En esta entrada os presentamos un interesante artículo publicado en la web http://www.psyciencia.com/ relativo a las técnicas de modificación de conducta, concretamente la Economía de fichas.

Su autor, el Psicólogo David Aparicio nos cuenta cómo en su corta experiencia trabajando con niños con problemas de conducta, ha escuchado con demasiada frecuencia a padres, profesores e incluso a psicólogos decir que no “creen” en los cuadros de economía de fichas, que eso sólo funciona por dos semanas y después se vuelve a lo mismo. Sin embargo, datos provenientes de diversas investigaciones nos dicen que esta técnica puede ser una poderosa herramienta de crianza.
Entonces ¿por qué tenemos por un lado a  padres y profesores desesperados diciendo que esta técnica no funciona y por el otro lado a las investigaciones diciendo que sí funciona?
Según el Dr. Alan Kazdin, experto en modificación de conducta y ex presidente de la A.P.A (Asociación Americana de Psicología), a la mayoría de los padres y profesores, la economía de fichas no les funciona porque no la administran adecuadamente. En su libro The Kazdin Method for Parenting Defiant Child (El método Kazdin para la crianza del niño desafiante), nos resalta 5 errores típicos a la hora de diseñar e implementar la economía de fichas.
Error 1: Los padres se enfocan en eliminar las conductas negativas en vez de enfocarse en incrementar las conductas positivas
Tomemos por ejemplo un niño de 8 años que exhibe rabietas. Un cuadro de economía de fichas diseñado para que el niño obtenga puntos por no tener pataletas, durante todo el día o incluso por una parte del día, tiene menos probabilidades de ser efectivo en comparación a uno donde el niño obtiene puntos por realizar conductas positivas, que son incompatibles con las rabietas.
En nuestro ejemplo, la rabieta tiene más probabilidades de ocurrir cuando el niño tiene que ir a la escuela. Así que, lo recomendable sería diseñar un cuadro de economía de fichas para que el niño obtenga puntos por vestirse para la escuela por sí solo y a tiempo. Esto nos permitirá enfocarnos en la presencia de la conducta deseada en vez de enfocarnos en la ausencia de la conducta negativa.
Kazdin explica que hay dos posibles beneficios que se desprenden de un cuadro de economía de fichas enfocado en la conducta deseada:
1. Cuando se enfoca en detener una conducta no deseable, no se sabe qué conducta podría ocurrir en su lugar. Tal vez sea una conducta deseada como cepillarse los dientes, pero también puede desarrollarse otra conducta no deseable, como pelearse con un hermano.
2. Es más fácil para un niño tener éxito si se concentra en algo que él puede hacer, en lugar de pretender que el niño se controle para evitar hacer algo (por ejemplo, no tener una pataleta).
Error 2: El objetivo inicial es muy grande
Si el objetivo inicial es, por ejemplo, no tener ninguna rabieta, es casi seguro que el niño fallará. Primero porque la mayoría de los niños tiene ocasionalmente una rabieta, así que el objetivo de no tener pataletas, es virtualmente imposible de cumplir. Cuando los padres planean objetivos para la conducta del niño que no reflejan precisamente lo que el niño es capaz de acuerdo a su edad de desarrollo, todos los involucrados se sentirán frustrados y el cuadro de conducta será abandonado.
Segundo, elegir objetivos modestos ayudará a incrementar la probabilidad de lograrlos, ya que lograr pequeños objetivos crea momentos de éxito que permiten desarrollar objetivos más grandes.
En el ejemplo anterior, el conocimiento de los padres sobre cuáles son los disparadores comunes de las rabietas, les permite seleccionar un disparador específico para enfocarse y trabajarlo en el cuadro de economía de fichas.
Error 3: Mantener el cuadro es una tarea demasiado complicada para los padres
Los padres de los niños desafiantes a menudo se sienten agotados. Y se pueden sentir muy saturados solamente con la idea de añadir otra tarea a su complicado horario. Por eso, es crucial que la economía de fichas sea construida de una manera que permita a los padres sentir que pueden mantenerlo. Muchos cuadros de conducta fallan porque los padres pierden la motivación de mantenerlos. Es fácil perder la motivación con la economía de fichas, ya que los cambios de conducta no ocurren de un día para otro. Por ello, es importante explicar a los padres que esto toma tiempo y que los cambios de conducta no ocurren de manera lineal. Es decir, un día el niño puede comportarse perfectamente y al día siguiente puede presentarse una conducta problemática. Por eso es importante que el cuadro de economía de fichas se mantenga simple.
En el ejemplo, los padres solamente necesitaban el cuadro de conducta cuando el niño tenía que vestirse para ir a la escuela, así que durante los fines de semana no tenían que utilizarlo. El Dr. Kazdin dice que el cuadro de conducta puede ser efectivo incluso si sólo se usa uno o dos días por semana de manera consistente en vez de usarlo inconsistentemente todos los días.
Error 4: Los premios son muy difíciles o muy fáciles de obtener
La selección de recompensas es una parte importante a la hora de construir un programa de economía de fichas. Los premios deben ser pequeños, pero deseables para el niño. Deben exigir que el niño se esfuerce para ganarlos, especialmente al inicio, pero lo suficientemente bajo para que en un día exitoso el niño pueda lograr los puntos necesarios para obtener la recompensa. Así, mientras el programa va desarrollándose, se deberán agregar más recompensas deseables que requieran acumular puntos para que sean intercambiados.
No deben usarse recompensas que requieran más de unos días de ahorro para ser intercambiadas, ya que debilitan el vínculo entre la conducta deseada y la recompensa. Adicionalmente, el Dr. Kazdin recomienda tener un “Gran premio” dentro del programa, donde todos los puntos ganados (incluso aquellos que fueron gastados en las recompensas más pequeñas) son tomados en cuenta y son sumados para alcanzarlo.
El gran premio debe ser deseado y debe poder ganarse en un mínimo de dos semanas (con un puntaje perfecto en el cuadro), pero es probable que tome un poco más de tiempo, porque como dijimos anteriormente, el cambio de conducta no es lineal.
Error 5: Al niño no se la dan oportunidades de ser recompensado por practicar
La mayoría de los padres no incluyen oportunidades de practicar en sus cuadros de conducta. Dr. Kazdin remarca la importancia de recompensar la práctica ya que es un ingrediente clave en un programa exitoso de cuadro de conducta. Relacionado con el ejemplo anterior, la práctica podría consistir en que el niño se ponga el pijama con la ayuda de los papás y luego volverse a poner la ropa de día. Si esta práctica se completa exitosamente, el niño podrá ganarse dos puntos por una práctica exitosa (por día) y dos puntos por hacer la conducta, en este caso prepararse para la escuela.
Comprobada la eficacia de la economía de fichas siempre que se aplique adecuadamente, y ante la demanda de intervenciones para la modificación de las conductas en los centros escolares, os presentamos un material consistente en una serie de circuitos de pegatinas para mejorar la conducta en niños y niñas, extraído del blog Familia y cole de Jesús Jarque:

Circuitos de pegatinas para mejorar la conducta en niños
Se trata de 5 circuitos diferentes que pueden servir para corregir y mejorar determinadas conductas y hábitos. Están pensados para usar, tanto en casa como en el colegio, en la etapa de Ed. Infantil y 1º y 2º de Ed. Primaria, aproximadamente.

Proponerlos como un reto
Los circuitos de pegatinas para mejorar la conducta deben  proponerse como un reto o desafío, no como una tarea o imposición.
Se trata de proponerlo como una forma de mejorar el comportamiento. Se puede animar acordando un “premio final” a conseguir cuando se concluya el circuito.
Es aconsejable comenzar por circuitos cortos: el de 7 casillas o el de 10. Más adelante, se le puede proponer intentar circuitos más largos: el de 15 casillas o el de 20.

Cómo utilizarlos: reglas a seguir
Las reglas a seguir son muy sencillas:
1.    Seleccionar una o dos conductas. Lo ideal es tratar de mejorar una sola conducta cada vez, pero podría utilizarse para dos comportamientos, más no. Para trabajar varias conductas a la vez es mejor utilizar otros sistemas, como la tabla de puntos. La conducta a elegir es algo que queremos que el niño o la niña haga con más frecuencia. Este sistema no sirve para eliminar conductas inadecuadas, sino para que realicen más veces conductas adecuadas. Por eso es clave que la conducta esté formulada en positivo, siempre que sea posible.
2.    Conducta clara y concreta. La conducta elegida debe ser lo más clara y concreta posible. Por ejemplo, no son válidas conductas como “portarse bien“, “ser bueno“, “hacer caso” u “obedecer“, porque son demasiado genéricas o abstractas. Es eficaz con comportamientos concretos: recoger los juguetes, cepillarse los dientes después de comer, ayudar a poner la mesa, apuntar los deberes pendientes, preparar la cartera para el día siguiente, no interrumpir a mamá cuando habla por teléfono, colocar la cartera y el abrigo en su sitio al venir del colegio, hacer la cama antes de ir al colegio…
3.    Conceder los puntos. Cada vez que se consiga la conducta estipulada se avanza una casilla en el circuito. Lo tienes que realizar lo antes posible: si el punto se consigue por recoger los juguetes, nada más terminar, se acude al circuito y se concede el punto. Se puede hacer de dos formas: colocando una pegatina en la primera casilla libre o coloreando la imagen de la cara sonriente.
4.    No se quitan puntos. Los puntos conseguidos no se pueden quitar, por tanto no se puede retroceder en el circuito. Esta norma es importante que la cumplas. En otras modalidades, existe lo que se llama “coste de respuesta”, pero parece que en el caso de los niños, el coste de respuesta no es tan eficaz. Tampoco se conceden puntos extra: lo mejor es que te ciñas a las normas de aplicación.

Cinco modelos
Hay cinco modelos diferentes de circuitos de pegatinas para mejorar la conducta en niños.
Los modelos van de menos casillas a más. Hay dos circuitos de 10 casillas repetidos. Uno de ellos, el tercero, presenta para colorar una “carita sonriente” y otra “triste“, en cada casilla. Este sirve para valorar la conducta de manera continua: de esta forma se colorea la carita sonriente cuando la conducta se consiga, o se colorea la carita triste si no ha sido así.
Por ejemplo, queremos reforzar la conducta anotar en el colegio los deberes pendientes, de esta forma seguimos este comportamiento durante 10 días seguidos de colegio: los días que los traiga anotados correctamente se colorea la carita sonriente, y los que no los traiga, la otra carita.
En los siguientes enlaces podéis acceder a cada uno de los circuitos:

                 

                                     


 


Añadir leyenda

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario