El leerle un cuento nuestros hijos/as todas las noches es maravilloso. Es una simple actividad que puede beneficiarles de manera importante tanto a ellos como a nosotros. Con esta actividad no sólo estimulamos su lenguaje e imaginación, sino que también los hacemos más reflexivos, aumentamos su nivel de comprensión, de memoria, les ayudamos a combatir sus propios temores, a conciliar el sueño y se sienten más felices porque los padres están con ellos dedicándoles tiempo y mimándolos.
A los adultos, por su parte, también nos beneficia porque conseguimos relajarnos y relajarles creando unos lazos más fuertes entre ambos.
Muchos padres leen a sus hijos/as un cuento antes de dormir. Además de resultar entretenido, acostumbrarles a escuchar y comprender historias puede ayudarles a reforzar sus competencias lingüísticas, un aspecto clave que los niños/as abordan también en la escuela, además de conllevar los beneficios antes señalados. Sin embargo, algo mucho menos habitual es que los padres realicen con sus hijos/as actividades lúdicas orientadas a ejercitar sus conocimientos de matemáticas. Entonces, ¿qué pasa con las Matemáticas? Para un gran número de familias, las matemáticas constituyen una disciplina cuya práctica se circunscribe exclusivamente al ámbito escolar.
Mucha gente no se siente cómoda con las matemáticas, y con frecuencia oímos expresiones del tipo: "¡Es que no se me dan bien!". Esta actitud y creencia emocional se ha ido transmitiendo de padres a hijos durante décadas, y ahora, en nuestra cultura, se piensa que las matemáticas son difíciles, intimidantes y nada divertidas. De hecho, son numerosas las investigaciones centradas en el dominio afectivo en el aprendizaje de las Matemáticas, esto es, cómo influyen las creencias, las actitudes y los afectos en el aprendizaje de esta materia.
De acuerdo con algunas investigaciones recientes, modificar mínimamente ese hábito bastaría para mejorar de manera notable el rendimiento de los niños en matemáticas.
Así, un estudio reciente llevado a cabo por Talia Berkowitz y otros psicólogos de la Universidad de Chicago, publicado en la revista Sciencie, pone de manifiesto que leer a niños/as de Primaria uno o más «cuentos matemáticos» a la semana puede hacer que, al final del curso académico, los pequeños ganen el equivalente de hasta tres meses de aprendizaje escolar en dicha materia.
En este sentido, algo tan sencillo como jugar con los hijos/as con una aplicación antes de acostarse puede marcar la diferencia en clase de matemáticas. La incorporación de las últimas tecnologías para impulsar la educación es un objetivo que se persigue desde hace décadas. Ahora, este estudio demuestra lo beneficioso que puede ser para los más niños/as el uso de aplicaciones educativas, aunque sean usadas una vez a la semana.
Bedtime Math (Matemáticas para antes de dormir) es el nombre de la aplicación utilizada por los investigadores de la Universidad de Chicago para evaluar si estos complementos educativos pueden marcar la diferencia o son una pérdida de tiempo. La aplicación no está disponible en español de momento, pero sí muestra la importancia de que estas herramientas sean utilizadas en compañía de un progenitor.
Casi 600 niños de primero de Primaria (con sus padres) participaron en la prueba, y cada familia recibió un iPad con una aplicación instalada. 167 de los niños jugó con una aplicación de contar historias, mientras que 420 obtuvieron Bedtime Math, en la que los cuentos estaban aderezados con preguntas matemáticas y resolución de problemas.
El rendimiento de los niños en matemáticas se midió al principio y al final del año escolar, para poder comparar las diferencias entre ambos grupos. También se preguntó a los progenitores sobre su miedo a las matemáticas, puesto que existen estudios que demuestran que sus hijos/as tienden a ser peores en esta materia.
La característica clave de la 'aplicación' es que no está pensada para que los niños la utilicen solos, sino que anima a los padres a implicarse con ellos.
Los resultados mostraron, al final del curso académico, cómo los niños que habían utilizado la aplicación adelantaban a sus compañeros hasta en tres meses. Cuanto más jugaban con ella (entre 0 y 6 veces por semana) más grande se hacía esta diferencia con el resto de alumnos, y esta mejora tenía lugar aunque sólo emplearan la herramienta una vez cada siete días.
Una pregunta que podría surgir es si esta mejora es debida a la aplicación o a la interacción con los padres. “El uso de la aplicación de lectura como control contesta a esta cuestión”, explica Berkowitz. “Creemos que la aplicación ofrece a los progenitores una mejor forma de hablar e implicarse con sus hijos sobre matemáticas”.
Efectivamente, los niños que empleaban el programa alternativo no mejoraron en matemáticas. Aun así, la investigadora subraya que “la característica principal de esta aplicación, y la que la hace exitosa, es que no está pensada para que los niños la utilicen por sí solos, sino que anima a los padres a implicarse con ellos en esta asignatura”. Atención paterna y juegos educativos, dos caras de la misma moneda.
Lo más positivo es que el uso de la aplicación fue especialmente beneficioso para los hijos de aquellos padres con ansiedad matemática. Algo que los investigadores, por otra parte, ya esperaban, pues estos alumnos no reciben un empuje adicional en casa. “Nuestras actitudes hacia las matemáticas tienen un efecto sobre el aprendizaje de los niños. Sucede con los padres con miedo a las matemáticas pero también con los profesores”, comenta Berkowitz.
Los investigadores creen que dicho efecto podría deberse a que, en las familias en que los padres no rehuyen los conceptos matemáticos (números, formas, etcétera) cuando hablan con sus hijos, buena parte de ese refuerzo extraescolar ya estaría hecho. Los autores argumentan en su artículo que este tipo de actividades sencillas podría evitar que el desasosiego que algunos padres sienten con respecto a los números acabe repercutiendo negativamente en la educación matemática de sus hijos.
Aunque como ya se ha comentado, aún no disponemos de la aplicación en español, sí podemos ayudarnos con el libro titulado Matemáticas Antes de Dormir (Bedtime Math) (Edición española) de Laura Overdeck, en el que se recogen más de 100 problemas de matemáticas (para resolver en familia) divertidos y entretenidos, agrupados en tres grados de dificultad, que entusiasmarán a los niños
Hagamos que a los niños/as les fascinen las matemáticas con un problema de Matemáticas a la hora de dormir cada día
Puede consultarse el artículo completo en el siguiente enlace:
http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2015-10-08/apps-matematicas-educacion-notas-ipad_1053162/
A los adultos, por su parte, también nos beneficia porque conseguimos relajarnos y relajarles creando unos lazos más fuertes entre ambos.
Muchos padres leen a sus hijos/as un cuento antes de dormir. Además de resultar entretenido, acostumbrarles a escuchar y comprender historias puede ayudarles a reforzar sus competencias lingüísticas, un aspecto clave que los niños/as abordan también en la escuela, además de conllevar los beneficios antes señalados. Sin embargo, algo mucho menos habitual es que los padres realicen con sus hijos/as actividades lúdicas orientadas a ejercitar sus conocimientos de matemáticas. Entonces, ¿qué pasa con las Matemáticas? Para un gran número de familias, las matemáticas constituyen una disciplina cuya práctica se circunscribe exclusivamente al ámbito escolar.
Mucha gente no se siente cómoda con las matemáticas, y con frecuencia oímos expresiones del tipo: "¡Es que no se me dan bien!". Esta actitud y creencia emocional se ha ido transmitiendo de padres a hijos durante décadas, y ahora, en nuestra cultura, se piensa que las matemáticas son difíciles, intimidantes y nada divertidas. De hecho, son numerosas las investigaciones centradas en el dominio afectivo en el aprendizaje de las Matemáticas, esto es, cómo influyen las creencias, las actitudes y los afectos en el aprendizaje de esta materia.
De acuerdo con algunas investigaciones recientes, modificar mínimamente ese hábito bastaría para mejorar de manera notable el rendimiento de los niños en matemáticas.
Así, un estudio reciente llevado a cabo por Talia Berkowitz y otros psicólogos de la Universidad de Chicago, publicado en la revista Sciencie, pone de manifiesto que leer a niños/as de Primaria uno o más «cuentos matemáticos» a la semana puede hacer que, al final del curso académico, los pequeños ganen el equivalente de hasta tres meses de aprendizaje escolar en dicha materia.
En este sentido, algo tan sencillo como jugar con los hijos/as con una aplicación antes de acostarse puede marcar la diferencia en clase de matemáticas. La incorporación de las últimas tecnologías para impulsar la educación es un objetivo que se persigue desde hace décadas. Ahora, este estudio demuestra lo beneficioso que puede ser para los más niños/as el uso de aplicaciones educativas, aunque sean usadas una vez a la semana.
Bedtime Math (Matemáticas para antes de dormir) es el nombre de la aplicación utilizada por los investigadores de la Universidad de Chicago para evaluar si estos complementos educativos pueden marcar la diferencia o son una pérdida de tiempo. La aplicación no está disponible en español de momento, pero sí muestra la importancia de que estas herramientas sean utilizadas en compañía de un progenitor.
Casi 600 niños de primero de Primaria (con sus padres) participaron en la prueba, y cada familia recibió un iPad con una aplicación instalada. 167 de los niños jugó con una aplicación de contar historias, mientras que 420 obtuvieron Bedtime Math, en la que los cuentos estaban aderezados con preguntas matemáticas y resolución de problemas.
El rendimiento de los niños en matemáticas se midió al principio y al final del año escolar, para poder comparar las diferencias entre ambos grupos. También se preguntó a los progenitores sobre su miedo a las matemáticas, puesto que existen estudios que demuestran que sus hijos/as tienden a ser peores en esta materia.
La característica clave de la 'aplicación' es que no está pensada para que los niños la utilicen solos, sino que anima a los padres a implicarse con ellos.
Los resultados mostraron, al final del curso académico, cómo los niños que habían utilizado la aplicación adelantaban a sus compañeros hasta en tres meses. Cuanto más jugaban con ella (entre 0 y 6 veces por semana) más grande se hacía esta diferencia con el resto de alumnos, y esta mejora tenía lugar aunque sólo emplearan la herramienta una vez cada siete días.
Una pregunta que podría surgir es si esta mejora es debida a la aplicación o a la interacción con los padres. “El uso de la aplicación de lectura como control contesta a esta cuestión”, explica Berkowitz. “Creemos que la aplicación ofrece a los progenitores una mejor forma de hablar e implicarse con sus hijos sobre matemáticas”.
Efectivamente, los niños que empleaban el programa alternativo no mejoraron en matemáticas. Aun así, la investigadora subraya que “la característica principal de esta aplicación, y la que la hace exitosa, es que no está pensada para que los niños la utilicen por sí solos, sino que anima a los padres a implicarse con ellos en esta asignatura”. Atención paterna y juegos educativos, dos caras de la misma moneda.
Lo más positivo es que el uso de la aplicación fue especialmente beneficioso para los hijos de aquellos padres con ansiedad matemática. Algo que los investigadores, por otra parte, ya esperaban, pues estos alumnos no reciben un empuje adicional en casa. “Nuestras actitudes hacia las matemáticas tienen un efecto sobre el aprendizaje de los niños. Sucede con los padres con miedo a las matemáticas pero también con los profesores”, comenta Berkowitz.
Los investigadores creen que dicho efecto podría deberse a que, en las familias en que los padres no rehuyen los conceptos matemáticos (números, formas, etcétera) cuando hablan con sus hijos, buena parte de ese refuerzo extraescolar ya estaría hecho. Los autores argumentan en su artículo que este tipo de actividades sencillas podría evitar que el desasosiego que algunos padres sienten con respecto a los números acabe repercutiendo negativamente en la educación matemática de sus hijos.
Aunque como ya se ha comentado, aún no disponemos de la aplicación en español, sí podemos ayudarnos con el libro titulado Matemáticas Antes de Dormir (Bedtime Math) (Edición española) de Laura Overdeck, en el que se recogen más de 100 problemas de matemáticas (para resolver en familia) divertidos y entretenidos, agrupados en tres grados de dificultad, que entusiasmarán a los niños
Hagamos que a los niños/as les fascinen las matemáticas con un problema de Matemáticas a la hora de dormir cada día
Puede consultarse el artículo completo en el siguiente enlace:
http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2015-10-08/apps-matematicas-educacion-notas-ipad_1053162/
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