Vamos a hacer un
pequeño "recorrido", a modo de línea de tiempo, para que se entienda
el proceso de valoración y orientación que supone el diagnóstico e informe
posterior, proceso que puede durar en el tiempo hasta varios meses, en función
de la complejidad del caso y de la periodicidad de la atención al centro por
parte del orientador (que puede ser desde semanal a mensual en nuestro sector).
En primer lugar se efectúa la demanda
bien sea por parte de la familia o por el tutor.
La solicitud de la valoración
psicopedagógica por parte de la familia se realiza siempre a través del tutor y
debe llevar adjunta una autorización firmada para realizar la evaluación (si
procede). Por parte del tutor se realiza mediante una hoja de demanda
normalizada (Anexo V, Instrucción 2/2015) que el centro tiene o aportado por el Equipo de orientación, a la
que debe adjuntar siempre el permiso firmado por los padres, el NCC del alumno,
así como el estilo de aprendizaje del mismo. La demanda el tutor la entrega a Jefatura
de Estudios, quien establece prioridades de las que sean presentadas.
Siempre que la demanda escrita sea considerada pertinente por el Equipo de Orientación, se pone en
marcha el proceso de valoración que consiste en realizar pruebas psicotécnicas
(inteligencia, atención, lenguaje, dificultades especificas, psicomotricidad,
neurológicas, etc…), información aportada por el profesorado, por la familia,
observación directa del alumno en el aula por parte del Orientador y
adjuntando los informes médicos de los que se dispongan.
Con estos datos se realiza el diagnostico psicopedagógico (lo cual suele requerir bastante tiempo, lógicamente). Finalizado el
diagnóstico es prescriptivo dar un informe
por escrito al centro, que lo archivará en el
expediente escolar del alumno, y una copia a los padres, quienes serán citados
por el orientador para informarle del mismo y obtener su conformidad por
escrito en la propuesta educativa si ésta deriva en necesidades especificas de
apoyo educativo para que el alumno
pueda recibir la atención adecuada por los especialistas (Maestro de Pedagogía
Terapéutica, Maestro de Audición y Lenguaje, ATE, Fisioterapeuta, etc.). En el
caso de que el diagnóstico sólo detectara dificultades menores la
respuesta se ha de dar desde las medidas ordinarias que tiene el centro
(refuerzo educativo ordinario por profesores del centro, no especialistas) y no
se precisa firma de los padres, sí, claro está, información de tales medidas.
El informe contiene unas orientaciones
y propuestas que son pertinentes para guiar la respuesta educativa por lo
que debe ser la principal guía de la intervención con el alumno. Si existen
intervenciones externas al centro (gabinete de psicopedagogía, centro de
logopedia, Aprosuba, asociaciones..etc.), es importante que se tome este
informe como punto de partida de dicha intervención
y debe considerarse, sobre todo, un eje importante para coordinar la respuesta.
Esta coordinación es fundamental y se ha de procurar establecerla cuanto antes.
Los padres deben facilitar el intercambio de información, tanto de las
asociaciones o gabinetes externos, como de los informes médicos que existan.
Si además, de la evaluación se
determinan necesidades educativas especiales
(por la existencia de algún tipo de discapacidad), se elaborara dictamen de escolarización
y los padres firmaran su acuerdo de las medidas propuestas en dicho dictamen.
Se eleva dicho dictamen al servicio de Inspección de la Zona, el cuál emite su
visto bueno en un informe posterior para que el Delegado provincial firme la Resolución
de escolarización, que se envía al centro. Cuando se recibe dicho informe el
centro ha de establecer las medidas establecidas para el caso. En el dictamen de
escolarización se determina la modalidad de escolarización más adecuada para el
alumno, pudiendo ser ésta un centro ordinario con Adaptaciones curriculares significativas
y/o de acceso, una escolarización en un centro de educación especial, una escolarización
combinada entre un centro ordinario y un centro especifico, o una escolarización
en un aula especializada.
Además se determinan los recursos y medidas
más adecuadas para lograr el mayor desarrollo posible del alumno. Esas
medidas se concretan en un documento, denominado DIAC (documento individualizado de Adaptación curricular) donde
constarán objetivos, contenidos, metodología, estándares de aprendizaje y criterios de evaluación. En él
se deben formalizar las medidas a tomar y la evolución del alumno. Este
documento es el eje de intervención y control de la evolución del alumno y
sobre el que se debe vertebrar la coordinación de actuaciones de todos los
implicados en la educación de ese alumno/a.
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