Mejorar la conducta
de los niños/as
en la infancia constituye una preocupación educativa importante tanto para las
familias como para el profesorado.
En esta entrada os presentamos un interesante artículo publicado en la web http://www.psyciencia.com/
relativo
a las técnicas de modificación de conducta, concretamente la Economía de
fichas.
Su autor, el Psicólogo David Aparicio nos cuenta cómo en su corta
experiencia trabajando con niños con problemas de conducta, ha escuchado con
demasiada frecuencia a padres, profesores e incluso a psicólogos decir que no
“creen” en los cuadros de economía de fichas, que eso sólo funciona por dos
semanas y después se vuelve a lo mismo. Sin embargo, datos provenientes de
diversas investigaciones nos dicen que esta técnica puede ser una poderosa
herramienta de crianza.
Entonces ¿por qué tenemos por un
lado a padres y profesores desesperados diciendo que esta técnica no
funciona y por el otro lado a las investigaciones diciendo que sí funciona?
Según el Dr. Alan Kazdin, experto en modificación de
conducta y ex presidente de la A.P.A (Asociación Americana de Psicología), a
la mayoría de los padres y profesores, la economía de fichas no les funciona
porque no la administran adecuadamente. En su libro The Kazdin Method for Parenting Defiant Child (El método Kazdin
para la crianza del niño desafiante), nos resalta 5 errores típicos a la hora
de diseñar e implementar la economía de fichas.
Error 1: Los padres se enfocan en
eliminar las conductas negativas en vez de enfocarse en incrementar las
conductas positivas
Tomemos por
ejemplo un niño de 8 años que exhibe rabietas. Un cuadro de economía de fichas
diseñado para que el niño obtenga puntos por no tener pataletas, durante todo
el día o incluso por una parte del día, tiene menos probabilidades de ser
efectivo en comparación a uno donde el niño obtiene puntos por realizar
conductas positivas, que son incompatibles con las rabietas.
En nuestro
ejemplo, la rabieta tiene más probabilidades de ocurrir cuando el niño tiene
que ir a la escuela. Así que, lo recomendable sería diseñar un cuadro de
economía de fichas para que el niño obtenga puntos por vestirse para la escuela
por sí solo y a tiempo. Esto nos permitirá enfocarnos en la presencia de la
conducta deseada en vez de enfocarnos en la ausencia de la conducta negativa.
Kazdin
explica que hay dos posibles beneficios que se desprenden de un cuadro de
economía de fichas enfocado en la conducta deseada:
1. Cuando se
enfoca en detener una conducta no deseable, no se sabe qué conducta podría
ocurrir en su lugar. Tal vez sea una conducta deseada como cepillarse los
dientes, pero también puede desarrollarse otra conducta no deseable, como
pelearse con un hermano.
2. Es más
fácil para un niño tener éxito si se concentra en algo que él puede hacer, en
lugar de pretender que el niño se controle para evitar hacer algo (por ejemplo,
no tener una pataleta).
Error 2: El objetivo inicial es muy
grande
Si el objetivo inicial es, por ejemplo,
no tener ninguna rabieta, es casi seguro que el niño fallará. Primero porque la
mayoría de los niños tiene ocasionalmente una rabieta, así que el objetivo de
no tener pataletas, es virtualmente imposible de cumplir. Cuando los padres
planean objetivos para la conducta del niño que no reflejan precisamente lo que
el niño es capaz de acuerdo a su edad de desarrollo, todos los involucrados se
sentirán frustrados y el cuadro de conducta será abandonado.
Segundo, elegir objetivos modestos
ayudará a incrementar la probabilidad de lograrlos, ya que lograr pequeños
objetivos crea momentos de éxito que permiten desarrollar objetivos más
grandes.
En el ejemplo anterior, el conocimiento
de los padres sobre cuáles son los disparadores comunes de las rabietas, les
permite seleccionar un disparador específico para enfocarse y trabajarlo en el
cuadro de economía de fichas.
Error 3: Mantener el cuadro es una tarea
demasiado complicada para los padres
Los padres de los niños desafiantes a
menudo se sienten agotados. Y se pueden sentir muy saturados solamente con la
idea de añadir otra tarea a su complicado horario. Por eso, es crucial que la
economía de fichas sea construida de una manera que permita a los padres sentir
que pueden mantenerlo. Muchos cuadros de conducta fallan porque los padres
pierden la motivación de mantenerlos. Es fácil perder la motivación con la
economía de fichas, ya que los cambios de conducta no ocurren de un día para
otro. Por ello, es importante explicar a los padres que esto toma tiempo y que
los cambios de conducta no ocurren de manera lineal. Es decir, un día el niño
puede comportarse perfectamente y al día siguiente puede presentarse una
conducta problemática. Por eso es importante que el cuadro de economía de
fichas se mantenga simple.
En el ejemplo, los padres solamente
necesitaban el cuadro de conducta cuando el niño tenía que vestirse para ir a
la escuela, así que durante los fines de semana no tenían que utilizarlo. El
Dr. Kazdin dice que el cuadro de conducta puede ser efectivo incluso si sólo se
usa uno o dos días por semana de manera consistente en vez de usarlo
inconsistentemente todos los días.
Error 4: Los premios son muy difíciles o
muy fáciles de obtener
La selección de recompensas es una parte
importante a la hora de construir un programa de economía de fichas. Los
premios deben ser pequeños, pero deseables para el niño. Deben exigir que el
niño se esfuerce para ganarlos, especialmente al inicio, pero lo
suficientemente bajo para que en un día exitoso el niño pueda lograr los puntos
necesarios para obtener la recompensa. Así, mientras el programa va
desarrollándose, se deberán agregar más recompensas deseables que requieran
acumular puntos para que sean intercambiados.
No deben usarse recompensas que
requieran más de unos días de ahorro para ser intercambiadas, ya que debilitan
el vínculo entre la conducta deseada y la recompensa. Adicionalmente, el Dr.
Kazdin recomienda tener un “Gran premio” dentro del programa, donde todos los
puntos ganados (incluso aquellos que fueron gastados en las recompensas más
pequeñas) son tomados en cuenta y son sumados para alcanzarlo.
El gran premio debe ser deseado y debe
poder ganarse en un mínimo de dos semanas (con un puntaje perfecto en el
cuadro), pero es probable que tome un poco más de tiempo, porque como dijimos
anteriormente, el cambio de conducta no es lineal.
Error 5: Al niño no se la dan
oportunidades de ser recompensado por practicar
La mayoría de los padres no incluyen
oportunidades de practicar en sus cuadros de conducta. Dr. Kazdin remarca la
importancia de recompensar la práctica ya que es un ingrediente clave en un
programa exitoso de cuadro de conducta. Relacionado con el ejemplo anterior, la
práctica podría consistir en que el niño se ponga el pijama con la ayuda de los
papás y luego volverse a poner la ropa de día. Si esta práctica se completa
exitosamente, el niño podrá ganarse dos puntos por una práctica exitosa (por
día) y dos puntos por hacer la conducta, en este caso prepararse para la
escuela.
Comprobada la eficacia de la
economía de fichas siempre que se aplique adecuadamente, y ante la demanda de intervenciones
para la modificación de las conductas en los centros escolares, os presentamos
un material consistente en una serie de circuitos de pegatinas para
mejorar la conducta en niños y niñas, extraído del blog Familia y
cole de Jesús Jarque:
Circuitos de pegatinas para
mejorar la conducta en niños
Se trata de 5 circuitos diferentes que pueden servir para corregir y
mejorar determinadas conductas y hábitos. Están pensados para usar, tanto en
casa como en el colegio, en la etapa de Ed. Infantil y 1º y 2º de Ed. Primaria,
aproximadamente.
Proponerlos como un reto
Los circuitos de pegatinas para mejorar la conducta
deben proponerse como un reto o desafío,
no como una tarea o imposición.
Se trata de proponerlo como una forma de mejorar el
comportamiento. Se puede animar acordando un “premio final” a conseguir
cuando se concluya el circuito.
Es aconsejable comenzar por circuitos cortos:
el de 7 casillas o el de 10. Más adelante, se le puede proponer intentar
circuitos más largos: el de 15 casillas o el de 20.
Cómo utilizarlos: reglas a seguir
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Las
reglas a seguir son muy sencillas:
1. Seleccionar una o dos conductas. Lo ideal es tratar de mejorar una sola
conducta cada vez, pero podría utilizarse para dos comportamientos, más
no. Para trabajar varias conductas a la vez es mejor utilizar otros
sistemas, como la tabla de puntos. La conducta a elegir es algo que
queremos que el niño o la niña haga con más frecuencia. Este sistema no
sirve para eliminar conductas inadecuadas, sino para que realicen más veces
conductas adecuadas. Por eso es clave que la conducta esté formulada en
positivo, siempre que sea posible.
2. Conducta clara y concreta. La conducta elegida debe ser lo más
clara y concreta posible. Por ejemplo, no son válidas conductas como “portarse
bien“, “ser bueno“, “hacer caso” u “obedecer“,
porque son demasiado genéricas o abstractas. Es eficaz con comportamientos
concretos: recoger los juguetes, cepillarse los dientes después de comer,
ayudar a poner la mesa, apuntar los deberes pendientes, preparar la
cartera para el día siguiente, no interrumpir a mamá cuando habla por teléfono,
colocar la cartera y el abrigo en su sitio al venir del colegio, hacer la cama
antes de ir al colegio…
3. Conceder los puntos. Cada vez que se consiga la conducta
estipulada se avanza una casilla en el circuito. Lo tienes que realizar lo
antes posible: si el punto se consigue por recoger los juguetes, nada más
terminar, se acude al circuito y se concede el punto. Se puede hacer de dos
formas: colocando una pegatina en la primera casilla libre o coloreando la
imagen de la cara sonriente.
4. No se quitan puntos. Los puntos conseguidos no se pueden
quitar, por tanto no se puede retroceder en el circuito. Esta norma es
importante que la cumplas. En otras modalidades, existe lo que se llama “coste
de respuesta”, pero parece que en el caso de los niños, el coste de respuesta
no es tan eficaz. Tampoco se conceden puntos extra: lo mejor es que te
ciñas a las normas de aplicación.
Cinco modelos
Hay cinco modelos diferentes de circuitos de pegatinas
para mejorar la conducta en niños.
Los modelos van de menos casillas a más. Hay dos
circuitos de 10 casillas repetidos. Uno de ellos, el tercero, presenta para
colorar una “carita sonriente” y otra “triste“, en cada casilla.
Este sirve para valorar la conducta de manera continua: de esta forma se
colorea la carita sonriente cuando la conducta se consiga, o se
colorea la carita triste si no ha sido así.
Por ejemplo, queremos reforzar la conducta anotar en
el colegio los deberes pendientes, de esta forma seguimos este comportamiento
durante 10 días seguidos de colegio: los días que los traiga anotados
correctamente se colorea la carita sonriente, y los que no los
traiga, la otra carita.
En los siguientes enlaces podéis acceder a cada uno de
los circuitos:
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