Actualmente, con la
alarma social creada por los casos dramáticos vividos por alumnos que han
sufrido acoso y violencia escolar, todos los padres y madres, expresan su
preocupación por si su hijo vive esta problemática. Muy pocos, se plantean si
su hijo fuera quien amedrenta a los compañeros más vulnerables de su clase. Su
hijo tiene una pandilla de amigos y por eso están tranquilos con que es un niño
aceptado por iguales y por eso será bueno y amigable. Pero ¿y si ese grupito es
su pandilla para hacer mofa a otros, para cerrar el círculo a otros niños o
para rechazar al resto en los juegos?… ¿se lo han planteado?
Existen indicadores
valiosos que nos dan información sobre si nuestro hijo con comportamientos exigentes
en el hogar, actitudes arrogantes y explosiones temperamentales ante normas
básicas del día a día, es un niño acosador. Desafiante en el aula, abusón
cuando nadie le ve y gallito con los colegas…Por ello, es igual de necesario
que no sólo actuemos ante la víctima, sino también ante los verdugos. Para
tener más información sobre esta dura realidad, os dejamos el siguiente
artículo.
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