miércoles, 14 de septiembre de 2016

El inicio del nuevo curso escolar

     Para algunos niños, volver al colegio después de las vacaciones de verano es una rutina más a la que se adaptan fácilmente, casi sin ningún problema. Sin embargo, para otros la vuelta a clases se transforma en una tortura.    La idea es que los padres trasmitan a sus hijos que la vuelta a clases implica aprender en forma entretenida,  compartir, jugar con los compañeros, sentirse acompañado, es decir darle un sentido.  


Recomendaciones:
Carácter positivo:
Los padres tienen que tratar de no darle un carácter negativo al inicio del año, sino que hablar con ellos y hacerles saber que esto es parte de la vida habitual de una familia, y así como los adultos tienen que volver a trabajar, los más chicos deben volver a clases.
Es esencial que los padres tengan presente que el principal formador de los niños es la familia, por lo tanto que sientan agrado por los estudios depende gran parte de ellos.
La actitud positiva que tengan los padres frente al ingreso a clases es fundamental, esto deben mostrarlo no solo en ese ámbito, si no también en el de sus propios trabajos. Los niños y adolescentes absorben de nosotros la mirada frente a la vida, situaciones de cambio, etc. Si ellos también están ansiosos por los gastos, vuelta al trabajo, transmitirán esto a sus hijos.   
 Los  adultos debiéramos tener presente que  nuestra forma de relacionarnos, nuestra  conducta y actitud hacia el entorno constituye un acto de aprendizaje cotidiano, un  modelo  que nuestros hijos replican a su vez en las relaciones familiares, de amistad y en el colegio;  para educar  siempre es fundamental  observarnos en nuestro roles de padre y madre, de educadores para la vida,  “más vale una acción honesta y coherente que mil palabras".

Restablecer los horarios: 
Para evitar que el regreso de vacaciones sea percibido por parte del niño como un cambio brusco de rutina, con una imposición violenta de acostarse temprano, es aconsejable  prepararlos gradualmente, ir por día adelantando  el horario de dormir hasta llegar a lo adecuado, de tal manera que  lograrán progresivamente adaptarse  a las levantadas temprano. Lo mismo debiera aplicarse con las restricciones a los juegos, el ordenador, la play y la televisión. 
Restablecer los horarios de las comidas es también fundamental, un desayuno equilibrado  en lo posible tranquilo, con tiempo destinado a ello, sentado en una mesa  compartiendo con la familia, permite iniciar una jornada escolar con energía y entusiasmo. La merienda de media mañana debiera ser saludable, atractiva y liviana, una fruta, un sándwich colorido y nutritivo o similar, un lácteo, etc.

- Reglas y exigencias:
Hay reglas y exigencias que un niño tiene que aceptar más allá de sus ganas. Una complicación actual de los padres es tratar de negociarlo todo, y esto no tiene que ser así.
Esto no quiere decir ser autoritario, sino hablar con los niños y dejarles muy claro que habrá hábitos y horarios para ver televisión, para estar en el ordenador y para estudiar. Y plantearles cuáles serán las exigencias y los límites para el año y cuáles son las cosas que necesariamente tienen que hacer todos los días, como ordenar su mochila y hacer sus tareas. El crear hábitos, que es tan importante, no es algo que esté dentro de las decisiones del niño, sino que es una responsabilidad que les compete completamente a los padres.
Todo esto es importante dialogarlo, de manera que el niño sepa que todas las libertades y los beneficios veraniegos son transitorios, que se trata de un período del año y que la vuelta a la normalidad implica adecuarse a la rutina de la casa.  A todos, niños y adultos, nos gustaría vivir constantemente en vacaciones. Pero la vida no es así, y por eso es importante irlo hablando con los niños de antemano.
Un caso especial son los niños que van a entrar por primera vez al colegio, donde el entusiasmo y el temor son otros. Las expectativas están mucho más teñidas de fantasías que de realidad, y en ese caso el camino es hablar mucho con el niño, acompañarlo y ayudarlo a entender. Es normal que necesite cierto proceso adaptativo que puede implicar ansiedad y angustia, y por eso hay que tolerarlo y contenerlo. Es importante llevarlos unos días antes y hacer el mismo recorrido que se hará con ellos, entrar al colegio para que se familiarice con el lugar y así poder disminuir los niveles de ansiedad.

Es importante destacar que la reacción  de ansiedad y temor de los padres ante el devenir de una conducta no esperable del hijo puede afectar al niño, somos los adultos los que a veces transmitimos la  inseguridad y el temor;  todo proceso nuevo y desconocido  es un desafío para cualquier persona especialmente para un niño que recién se asoma a un orden social distinto, el cual debe explorar gradualmente hasta sentirse familiarizado, seguro y protegido. El colegio será su segundo hogar.

FELIZ CURSO 2016-17 A TODA LA COMUNIDAD EDUCATIVA

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